La familia Unida, Feliz y Próspera


Creo qué hay dos maneras de escribir; la primera es compartir teorías y experiencias de otros, que no está mal, pues siempre van aderezadas por las historia del autor. La segunda y más difícil, es compartir la experiencia y la historial personal, esta última de alguna manera descubre las debilidades y fortalezas del escritor que las expone públicamente.

Pero ¿quien no tiene debilidades y eventos en su vida qué quisiera que desaparecieran, o que al fantasear con la pregunta ¿si volviera a vivir, que cambiaría?, inmediatamente enumera “esos” eventos que quisiera no haber experimentado, pero siendo realistas, creo que todos los seres humanos los han vivido.

Bueno, a lo mejor peco de absolutista y si hay algunos santos y puros que su vida ha sido perfecta e inmaculada, estos no necesitan leer a un “pecador” como yo.

Me gusta dirigirme a aquellos que no han tenido una vida “perfecta” porque ese es mi caso. No son los sanos los que necesitan medico, sino los enfermos” diría Jesús.

El tema que hoy quiero compartir es un tópico difícil de abordar para mi, porque como les mencioné renglones arriba no soy el hombre “perfecto” que según la sabiduría humana pudiera estar capacitado para hablar de lo que es una Familia, unida, feliz y próspera.

No entraré en detalles de mis defectos y errores, solo manifiesto ante el lector que si los he tenido y los sigo teniendo. En el transcurso de mis escritos podrán ir conociéndolos y en algunos casos, seguramente se identificarán.

El pasado viernes 16, cuando hacía mi trote de enfriamiento platicaba con Dios sobre mi decisión de retomar mi misión de vida, y en este tema está el de compartir a través de la escritura lo que recibo de manera cotidiana.

En ese momento le preguntaba que si que tema me sugería para compartir (quiero decirle al lector que tengo una larga lista de temas por desarrollar) e inmediatamente se me vino a la mente “la familia unida, feliz y próspera” (que no estaba en mi lista de temas) y empecé a poner excusas para no hacerlo argumentando que no soy la persona idónea, pues muchas de los errores e infortunios de mi vida habían sido provocados por desiciones egoístas; que una persona que había fracasado en algunos de los proyectos más significativos de un ser humano, no podía ser quien escribiera sobre el tema “ sugerido”.

Poco a poco se fue aclarando en mi mente, como hasta ese momento había estado concibiendo la “familia, Unida, Feliz y Próspera” y me di cuenta de que el ideal que perseguia eran familias cuyo matrimonio, a pesar de los retos, habían logrado salir adelante y que tenían hijos ejemplares, que por sus frutos se veian Unidos, Felices y Prósperos.

Tanto mi esposa como yo, veníamos de un divorcio y nos preguntábamos , ¿Como podremos lograr tener una familia así? Aunque lo anhelábamos en nuestro corazón, al menos yo, trataba de tener la expectativa de que un día todos nuestros hijos podrían convivir unidos en Armonía, Unidos, Felices y prósperos.

Sin embargo, mi otro yo (el de la mente racional) me decía, ¿como crees que va a pasar eso?.

Así poco a poco se fue revelando en mi mente, que no es el modelo humano el que debíamos “perseguir”. Entendí que aunque tengo una familia terrenal, todos somos hijos directos de Dios y es de Dios la potestad de atraer a sus hijos para que vivan bajo su sombra y reciban diariamente su unción (que para mí es la capacidad de vivir con entusiasmo, gozo, templanza, o sea empoderado).

Con esto no quiero decir que dejemos de anhelar esa vision, pero lo que sí debemos dejar a un lado es la ansiedad de que no lo estamos logrando, y que al ver a nuestra familia hoy en día, probablemente no sea ni por asomo el modelo de una Familia, Unida, Feliz y Próspera.

Tengo hijos maravillosos y los amo, tengo una esposa increíble, inteligente y soñadora y la amo. Pero ninguno de ellos es de mi propiedad, son hijos de Dios y por designios de El, forman parte de mi vida.

Si soy una persona imperfecta, que mi vida no ha sido lo que podemos decir un ejemplo de lo que se “esperaba”. Lo que realmente importa es ¿que haré hoy con ese conocimiento?

Independientemente de las consecuencias de nuestras decisiones y acciones pasadas, siempre está la oportunidad de enmendar el camino hacia el propósito de construir esa familia unida feliz y próspera.

¿Cuanto tiempo nos llevará? ¿Lo lograremos? No lo sé, pero lo que sí sé es que si emprendemos este camino, la Paz de Dios que sobrepasa todo nuestro entendimiento será la constante en nuestra vida.

Es emocionante pensar que siempre, para todos está la posibilidad de construir ese ideal, nuestra familia unida feliz y próspera

Puntos que consideró importantes a tener en cuenta en proceso

  • Evitar la comparación con otras familias. Nuestra familia es única, especial y diferente.
  • Entender que nuestro cónyuge e hijos no son de nuestra propiedad.
  • Hacer conciencia del egocentrismo inherente al ser humano y buscar poner como prioridad el bien común.
  • Hacer conciencia de que no se puede dar lo que no se tiene, por lo que es importante nutrirse de una filosofía de vida que te proporciones los principios que te ayuden a mantener el entusiasmo de lograrlo. En nuestro caso es la filosofía de Jesús

Espero que esta reflexión sea de ayuda en tu caminar en la vida.

Me gustaría mucho leer o escuchar tus comentarios a este artículo escrito con el corazón de un padre y esposo buscando cumplirse con su misión en la vida.

2 comentarios en “La familia Unida, Feliz y Próspera

  1. Gracias por compartir, me encantó este tema acerca de nuestra Misión en la vida yo creo que todos deberíamos tener esta misión en la vida de buscar tener una familia feliz y próspera sin compararnos con nadie y buscar la dirección de Dios para esta misión y para todo en nuestra vida y me encanto todo tu escrito Eduardo pero el punto 4 se me hizo muy importante de q yo no puedo dar si antes no lo tengo yo tengo que amarme a mi misma, para poder Amar a los demás y sobre todo a mi familia a mi prójimo. gracias!!!! Ofelia

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